PUNTOS DE FUGA

06/02/2019
 
Lo bueno de volver a poemas que ya leíste es que siempre puedes encontrar en ellos cosas diferentes. Y no es que hagas una lectura diferente, sino que simplemente la poesía tiene esa magia que te revela lo que, quizás, en otro momento no supiste ver.

En el caso de este libro de Lorenzo Oliván, me ha gustado especialmente esa búsqueda tras las cosas porque obviamente para saber interpretarlas hay que indagar en ellas, desnudarlas, para quizás así encontrar un vestigio de ellas mucho más útil que esa aparente realidad que nos muestran.

Este libro del año 2000 es generoso de principio a fin. No son de esos libros que te aburren con su retórica delirante de imágenes superpuestas, sino que mantiene la estructura de su mensaje, encallada siempre en esa idea de profunda observación: las manos que nos interrogan, la sangre que transcurre, la huella que somos, insondable.

Nada parece lo que es y se puede definir, sino con meticulosa precisión, al menos con el lenguaje, con la poesía, una aproximación mucho más exacta de lo que a priori se ve.

Es el descubrimiento de lo que oculta tras una, como digo, aparente realidad.

Las cosas tienen rostro. Y en un charco con luna o en un mueble que fue antes árbol que madera hay interrogantes que nos revelan una existencia mucho más profunda que esa aparente realidad en la que vivimos inmersos.

Su lenguaje claro y sencillo, no exento de imágenes refulgentes, nos conduce por un laberinto de emociones que ahonda también en nuestra fugacidad e incertidumbre.

Además, Oliván lo condensa, no necesita largos poemas para dejarte con esa emoción, con ese interrogante, con esa visión amable de quién ve más allá o se queda con el tintineo de unas tazas.

Y siempre el discurrir, esa enfermiza y vitalista forma que tenemos los escritores de refugiarnos en unos versos para encontrar o decir lo que en la vida nos va, nos seduce o provoca.

Nada es lo que parece. Y mucho menos este libro tan sutil como afinado en su búsqueda, un ejercicio de transparencia que rompe la materia y la moldea dándonos una visión mucho más amplia de nosotros mismos.

Así que no puedes perdértelo, y si lo has leído, dime, ¿qué te ha parecido? 😊

Personalmente, pronto leeré su último libro: “Para una teoría de las distancias “.
Ya os contaré.