31/05/2022
Tras quedar claro al inicio del libro la sorpresa de un tÃtulo que, a priori, puede descolocarte, entiendes con razón (valga la redundancia) el énfasis de desencanto o quizás de ineludible realidad que es preludio de su contenido.
Pocos poetas entretejen con maestrÃa
la memoria y el tiempo, el fluir de los dÃas de quien ya posee una amplia perspectiva, la semejanza del mar con nosotros, ese ir y venir que es nuestra propio ciclo vital y sufrimiento.
Desde la contemplación e imágenes impactantes,
Felipe BenÃtez nos adentra en el sinsentido, en la extrañeza de verte pasar cuando ya has vivido más de lo que te resta por vivir.
Ya la sombra, su anterior poemario, asoma como una escalinata hacia este último poemario publicado. No en vano, la existencia tiene su desgaste y ciertas ideas se aferran en su poética.
Un mentido color nos emplaza a la muerte, al capÃtulo final de una vida, a ciertas reflexiones metafÃsicas que zarandean la Razón que, a la postre no es nada, sino la certeza de una transformación permanente que, no por sernos conocida, no nos desbarata.
A pesar de lo vivido, a pesar de lo soñado......
La conjugación de tiempos se hace necesaria para entender nuestra perplejidad, lo que fue y lo que soy, y no soy nada, como si nada hubiera ocurrido con la trémula del segundo y la casi negación del futuro.
Sin embargo en esta evidente constatación se alza
el discurso de la memoria, el bagaje de los recuerdos, el paisaje de la infancia, la adolescencia pero también el canto al amor, a la entrega, a ese universo compartido con su mujer, Silvia.
En
Un mentido color Felipe subraya la idea de que irse y, sobre todo, saber irse forma parte del secreto y la belleza atesorada en nuestra existencia.
Ya no importa el tiempo que queda, incierto, sino lo que somos y aunque cada uno en su oficio se procura las respuestas, cualquier noción de equilibrio, de presumible control de los elementos concluye con una verdad idéntica para todos.
Es demasiado corta la vida y demasiado pequeño se nos queda el mundo.
Su
Venus de Itálica, poema de este libro, refleja para el poeta la simulación exacta de la vida.
El alma es una entelequia del pensamiento.
Encaramados ya al final del poemario no debemos hacernos más conjeturas, siempre nos acompaña la pregunta errante de quienes somos en /
ese fluir sin un orden ni un sentido/apenas un vagar en vuelo libre/ por dentro de la nada y de uno mismo.