14/09/2021
Pasa
Luis García Montero por la Historia a través de hechos concretos, fechas o personajes históricos para recalar en nuestra conciencia, fatigado ya, a sus años y quizás no con el brío de la juventud, para evidenciar nuestra terca manera de ser, repetitiva y absurda que inevitablemente nos condena.
"La historia como vocación de sufrimiento".- afirma
En esa historia estamos
nosotros, no son capítulos ajenos a nuestra existencia, entenderla no desde la conceptualización memorística o el simple relato sino desde su profunda huella, humana, herencia al fin y al cabo, nos permitirá tomar ese grado de conciencia del nosotros como sociedad global que avanza con sus peligros pero también con cierta esperanza.
No hay cambio sin implicación. Y en ese sentido
su poesía es renovadora, comprometida y se ajusta a sus convicciones y principios, consciente de nuestra fugacidad pero leal a su voluntad poética.
Hay mucho por hacer o deshacer pues tantos son los enemigos: el egoísmo, el odio, las dictaduras, la desigualdad, la injusticia, las palabras manchadas y los populismos que nos arrebatan esa necesaria residencia en la memoria.
Este libro
"No puedes ser así" , en su propio título ya se dirige al lector, te anima a una elección, a adoptar una actitud frente a la vida y todo cuanto te rodea.
La ignorancia impide al hombre la capacidad de creer, la semilla del mal crece mientras viajamos impasibles, casi automatizados por un sistema que nos convierte en multitud silenciada e inoperante.
Sin acción no hay cambio.
"No puedes ser así" es un poemario que llama a la revolución pacífica y reflexiva sobre nuestro yo individual pero especialmente de nuestras implicaciones y compromisos diarios con el nosotros. Pasamos o nos ven pasar y nuestra inacción termina por encubrir el dolor y la angustia de un mundo que se resquebraja, pese a ese estado de calma, sin pulso, que nos enferma.
Hemos sufrido ya mucho, algunas generaciones más que otras, a cada una le tocó lidiar con lo suyo pero "somos todos los besos, todos los duelos", no podemos estar al margen de lo que ocurre en la otra orilla del mundo, ni lo que fue entonces ni lo que es ahora.
La vida sin amor no se entiende ya que es la única esperanza posible.
Y esto suele puede enraizarse en nuestra conducta renunciando a la abstracción de nuestros sueños, al todo por una parte, evitando prejuicios y la creación de monstruos que se instalan en la ya de por sí vulnerable existencia.
La Historia está llena de ejemplos, el poeta bien toma esos acontecimientos o personajes célebres de ella para desnudarnos su propósito, su reflexión y llamamiento a la concordia, al orden bien establecido en términos de justicia, a la celebración de la cultura y la ética, a la resistencia a pesar de esa deambulada nostalgia, al hecho de no ser un primate sino un hombre adyacente al mundo que le rodea capaz de engendrar ese cambio tan esencial y que marcará el rumbo de nuestros días.